sábado, 30 de enero de 2010

Futuro

Empiezo ahora a pensar en mi futuro próximo y... tengo que pararme a pensar si soy demasiado idealista, porque tengo claro lo que quiero: hacer algo en lo que sienta que estoy ayudando a la sociedad.
El qué exáctamente, no lo sé. Sí que tengo muchas ideas de proyectos que podría hacer. Sin embargo, no son moco de pavo. Sin hablar de todas las gestiones y responsabilidades que eso conllevaría antes de conseguir alcanzar los primeros objetivos en el bien social que se pretende.
Soy quizás demasiado idealista. Me gustaría cambiar el mundo; o hacer de él un pedacito a mi manera. El resultado es el mismo: nada de ésto se puede conseguir a corto plazo. Y como no me puedo plantear, de momento, nada a largo plazo (no sé, no puedo hacerlo. No lo siento en este momento. No siento que sea algo que pueda plantearme), pues ahí se queda.
Hay tantas cosas que me interesan... tantas que me gustarían hacer...

Quiero irme a Africa. Trabajar allí en algún hospital mientras en mi tiempo libre me dedico a ayudar a la gente que pueda de forma directa, sería genial.
Hay tantos niños allí que se merecen ser felices y tener una infancia feliz...

También quiero empaparme de lo social de aquí y de allá. Sin ningún objetivo en particular.
Resulta que he desarrollado un gusto especial por los temas sociales. Me importa mucho la gente, y me gustaría contar historias. Quiero descubrir historias. Quiero sentir a la gente; sentir sus emociones; darme cuenta de lo bello que puede ser el mundo una y otra vez descubriendo historias de gente con buen corazón. Quiero emocionarme con todo eso. Quiero sentirlo. Quiero formar parte de ello, porque el mundo puede ser un lugar mejor para todos.

¡Qué bello puede ser el mundo!

martes, 19 de enero de 2010

La gracia de la vida

He recordado una historia que me gustaría contar.

Antes de navidad contacté con una antigua amiga y compañera de la universidad de la que una vez estuve enamorado. Precisamente, fue ese viejo sentimiento mezcla de resentimiento por un amor no correspondido (o al menos, infructuoso) y añoranza del pasado y buenos tiempos, lo que me hizo contactar con ella.
¿Por qué a veces no encontramos a las personas cuando hace falta? ¿Porqué las que nos encuentran a nosotros lo hacen en el momento inadecuado? Y lo que es peor, ¿por qué cuando sí es el momento a veces nos equivocamos de persona?

Hay que decir que esto no es así... siempre.

El caso es que esta chica me trajo un cd que me había grabado algún tiempo atrás para que yo lo escuchase. No sé por qué nunca lo hizo hasta ese día. Pero sinceramente, me da igual. Lo que importa es la intención y, sean cuales sean los motivos de los actos acontecidos, ella grabó dicho cd pensando en mí (o al menos para mí; haya pensado más o menos en ello).
El caso es que durante la larga conversación que tuvimos en aquel pub donde nos tomamos un té con leche, saqué a la conversación una canción vasca llamada "Txoria Txori" de Mikel Laboa. Una canción que habla del amor y la libertad. Le prometí hacerle una copia del cd "Gernika Zuzenean 2" donde sale dicha canción interpretada conjuntamente con el Orfeón Donostiarra. Una maravilla de canción para mi gusto, aunque es el significado que le da realmente su belleza.

Una vez en casa, y habiendo escuchado el disco que ella me había grabado, descubro en éste una canción igualmente maravillosa y con mucha fuerza: una versión de "Still Loving You" de Scorpions interpretada con la Orquesta Filarmónica de Berlin.

Algunos días después, tras haber grabado la copia de Gernika Zuzanean 2 que todavía no le he dado, decidí explorar en internet en búsqueda de canciones desconocidas para mí, de mi casi ya olvidado Mikel Laboa. Quería "redescubrirlo".
Para mi sorpresa, doy de bruces con unos videos en youtube de una chica llamada Anais1981. De ahí pasé a su blog: una chica vasca que ha estado algún tiempo en Escocia, si no recuerdo mal, y que, para mi sorpresa, ¡¡¡le encantan los Scorpions!!!
En lo primero que pensé fue en mi amiga de la universidad y después... me quedé prendado de esta chica.
Me impactó ver que su filosofía romántica y platónica con tintes nostálgicos era un reflejo de lo que yo fui hace tiempo. Casi podía decir que me estaba enamorando de ella, simplemente porque sabía lo que sentía, con qué fuerza lo sentía y... bueno; también está ese toque de misterio ya que no hay una sola foto suya en todo el blog, y en sus videos siento esa pasión por las cosas sencillas como una puesta de sol, el agua que te moja los pies en la orilla del mar,... por lo que puedes sentir con los sentidos... y, en definitiva, esa pasión por la vida.
Eso fue lo que yo sentí.

Desgraciadamente, es de tontos amar a alguien que no conoces, aunque quizá sea el sentimiento más sincero.

Despues de todo esto, la olvidé (ya sabéis, en parte y no del todo. Dejando esa huella en el fondo de algún lugar de la memoria). Y me quedó esa sonrisa en los labios; de haber encontrado ciertas coincidencias entre unas historias y otras, y de reconocer unos sentimientos tan cercanos.

Esa es la gracia de la vida.

Pasado y Presente

En mi pasado compartí mi vida con alguién que nunca olvidaré. Precisamente, en ello estaba pensando antes de ayer. Por mucho que intente olvidarla, siempre estará ahí porque siempre habrá algo que me lo recuerde.

Ayer, sin embargo, supe que yo estoy muerto para ella.
Quiero creer que lo dijo sin saber lo que decía, llevada por alguna emoción que sinceramente no me importa ni debe importarme puesto que todo se quedó atrás y no hay nada nuevo, ni bueno, que pueda surgir de aquello. Y a pesar de todo, ¿podría ser posible?

Yo estoy muerto para ella. Bien. Las cosas son así.

Ahora yo tengo mi presente, que es mío. Ahora, sé lo que quiero. Ahora, elijo no olvidar mi pasado ni borrarlo de mi memoria. Quizás para ella es mejor que yo esté muerto, si eso hace que se sienta bien. Pero yo, yo no pienso olvidar, aunque me duela. Y no pienso hacerlo porque formó parte de mi vida. De una parte de mi vida importante, interesante y, en definitiva, forma parte de mi y de lo que soy.

No cambiaría nada por mucho sufrimiento que haya pasado (aunque he de reconocer que rezo por no volver a pasar nada de lo que he pasado hasta ahora). Y puedo decir que he aprendido.

Es curioso. Hay una imagen que está acorde con la sensación que describí en mi anterior post de cómo quiero vivir mi vida ahora. Cuando la veo, me transmite ésta emoción y alguna vez he pensado en ponerla para expresar (y si es posible, transmitir) ese sentimiento. Sin embargo, pertenece a ese pasado que hace, en alguna esquinita del corazón, ese daño...

Pero bueno. Supongo que es el sabor agridulce de la vida.

Al menos ahora elijo vivir doucement. Buscando esa paz.

viernes, 15 de enero de 2010

L'amour

Sí. L'amour est aussi doux que la vie o la vie est aussi douce que l'amour. Eso es lo que quise decir en aquel momento. O, al menos, decir que la vida es como uno la quiere tomar. Igual que el amor.
Cada uno tiene su concepción personal. Cada uno elige lo que significa y cuál es su significado y lo que representa para sí mismo.

Para mí, en este momento, la vida es suave y tranquila. O, al menos, es cómo quiero tomármela. Como algo placentero, sosegado y tranquilo. No necesito nada más, de momento, para ser feliz y es que tengo ganas de ello.
No rechazo la acción, cuidado con ésto. Pero quiero ser yo quien decida cuándo y cómo. No quiero sorpresas con la vida.

Esto me hace pensar en una frase que dijo una amiga: "No quiero besos cuando empiece el tiroteo". Pues bien, yo no quiero bofetadas mientras duerma la siesta.

De todas formas, siempre seré un aventurero y, lo que es mejor, lo seguiré siendo mientras pueda. ;)